viernes, 8 de enero de 2010

PIONEROS EN LA AVIACION







PIONEROS EN LA AVIACION



JOSÉ MARÍA FLORES





El patio del convento de San Agustín de Quito, sería el escenario del primer vuelo efectuado en el Ecuador.

Eran las cinco de la tarde del 4 de diciembre de 1842, cuando el aeronauta José María Flores comienza a elevarse en un globo por los aires, a casi 300 pies sobre el centro de la Capital, los quiteños apostados en las inmediaciones, no podían ocultar su asombro ante tan magno espectáculo.

El globo descendió en línea parabólica y descendió en el edificio del hospital de San Lázaro, situado en las faldas del Panecillo.

Esta valerosa hazaña abriría el paso a un grupo de pioneros que desde entonces pondrían alas a sus sueños de volar.



COSME RENNELLA BARBATTO





En el Guayaquil de 1910, el Club Guayas de Tiro tenía como finalidad adiestrar a los compatriotas en el manejo de armas de fuego, con el objeto de prepararlos para la defensa nacional, luego del problema limítrofe en que se vio envuelto nuestro país con el Perú ese año. Los directivos de este Club se proyectaron más lejos, y poniéndose a la altura de otros países que ya contaban con aviones destinados a vigilar su integridad territorial, decidieron también ampliar sus actividades hacia la aviación. El 16 de diciembre de 1910, esta Asociación se reorganiza como Club Guayas de Tiro y Aviación, se nombró presidente al gran deportista guayaquileño Don Alberto Aragón Martínez y su objetivo inmediato fue la creación de una escuela de aviación.


El primer paso para hacer realidad este anhelo era seleccionar a los hombres que, por su preparación, se convertirían más tarde en instructores de los futuros pilotos.

Con sobra de merecimientos fue designado el joven Cosme Rennella Barbatto, nacido en Guayaquil el 27 de septiembre de 1891, socio fundador del Club y destacado deportista, para ingresar en la Escuela de Aviación de la Sociedad Chiribiri & C., de Mirafiori (Turín), Italia.


Cosme Rennella se embarcó rumbo a Europa y de inmediato se incorpora a la aviación italiana, forma parte de la 78ª Squadriglia Aeroplani y se acredita que, entre el 24 de mayo de 1915 y el 4 de noviembre de 1918, realizó 250 incursiones sobre territorio enemigo y participó en 152 combates aéreos con 7 aviones derribados. Obtuvo catorce condecoraciones, tres al valor militar; una ganada en el concurso de ases por el mayor número de aviones derribados y, las restantes, cruces de guerra otorgadas por Bélgica, Francia e Italia. En el Cuadro de Honor en el que se destacan los cuarenta Ases italianos de la I Guerra Mundial le cupo ser de signado oficialmente como Décimo As. Desde Italia, y con el grado de Teniente de Aviación, Rennella pasó a Venezuela con una propuesta ventajosa para realizar una gira de vuelos acrobáticos y como asesor e instructor. Retornaría al Ecuador en 1924.



PEDRO TRAVERSARI INFANTE





El 29 de julio de 1920, en el vapor Bologna, llegaron a Guayaquil los aviadores Elia Liut y Giovanni Ancillotto, con el mecánico Giovanni Fedelli, trayendo un biplano Macchi Hanriot HD.1. El sábado 8 de agosto de 1920, se realizaron los preparativos para el primer vuelo del avión, con la presencia de Dn. José Abel Castillo y miembros de su familia, el Crnl. Francisco Gómez de la Torre, Jefe de la Zona Militar, Dn. Amalio Puga, Intendente del Guayas, Dn. César Aray Santos, Comisario Municipal, el Cónsul de Italia en Guayaquil, Dn. Alfonso Roggiero, y distinguidos miembros de la colonia italiana en el puerto principal. Durante la ceremonia se bautizó al avión con el nombre de TELÉGRAFO I.


A las 16h45 se elevó el frágil biplano al mando de Elia Liut, ascendió hasta llegar a los 1.800 metros, giró varias veces sobre el campo, y aterrizó entre la algarabía de los presentes.

El Crnl. Francisco Gómez de la Torre, Jefe de Zona de Guayaquil, después de presenciar esta demostración envió a la Presidencia de la República y al Jefe del Estado Mayor, un telegrama lleno de optimismo en el que destacó la enorme importancia que tenía la iniciativa de Dn. José Abel Castillo para con el Ecuador.


Esta histórica comunicación fue la llama que prendió el entusiasmo del Presidente electo, Dr. José Luis Tamayo, para obtener del Congreso Nacional el histórico Decreto del 27 de octubre de 1920, para el establecimiento de la primera escuela de aviación en el Ecuador.

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